Ante El “éxito” de la silla McClellan que posteó el compañero Vaderman, os pongo un tutorial de cómo se hace, y podréis comprobar que es bastante sencillo. Desde luego que se podría hacer de otra forma y con resultados incluso mejores, pero en principio – y siempre que puedo – en mis trabajos parto de la premisa “hacerlo todo como a escala 1/1”, ya que el resultado final siempre será más cercano a la realidad y “aparente”.
Bueno, sin más rodeos, “al turrón”.

    1.- La historia.
    Tal y como se puede comprobar de una simple búsqueda en “San Google”, la silla McClellan fue desarrollada por George B. McClellan, militar estadounidense que se hizo una dudosa reputación durante la Guerra Civil, en la que desempeñó el cargo de Mayor General de los Ejércitos de la Unión, durante un breve período, antes de ser destituido por inútil, pero esa es otra historia.
 
Siendo Capitán, McClellan fue enviado a la Guerra de Crimea (1853-1856), para observar las actividades de los combatientes, y en esa tarea, se supone, que examinó, e incluso probó el mismo una gran variedad de equipo militar de los distintos países que intervinieron en el conflicto, y de esta experiencia fue ideando su silla, pero al respecto hay un montón de ”teorías” sobre el diseño de la silla y la mayoría son pura mitología, apoyadas solo en suposiciones, y aunque el propio McClellan afirmaba que se basó en las sillas “húsar” de estilo húngaro que usaban la mayoría de los ejércitos europeos de la época, - y como pasa con muchas informaciones históricas, que a fuerza de repetir un dato, acaba por pasar como hecho probado y tal afirmación se acepta como punto de partida - lo cierto es que su silla está mucho más cerca de la silla de “esqueleto” española, que era una silla de montar de uso común en México, que de la silla “húsar”.

Investigando en Internet, he visto sillas mexicanas de las primeras décadas del s. XIX, y por tanto anteriores al diseño de McClellan, que básicamente tiene el mismo fuste y sistema de cinchado que la suya (Hay en particular un trabajo del Instituto Smithsonian, “the man in mobil”, sobre las sillas norteamericanas, muy completo), lo que confirma esta impresión – y no es chauvinismo – del origen hispano de la McClellan. También la llamada silla attachapas o attacapas (original de ese condado de Lousiana) era muy popular en la población civil y tenía origen español.
    
    Sea cual fuera su inspiración, siendo Secretario de Guerra Jefferson Davies (sí, el primer Presidente de la Confederación), se procedió a la realización de pruebas de equipo más eficiente y práctico para ser usado a gran escala por las tropas montadas, y en concreto en el tema de las sillas, además  la McClellan, existían otras opciones en concurso, que fueron derrotadas por ella:
- La Jones y la Campbell, ambas con fuste ajustable y la Grimsley – de servicio en ese momento – en las que el elevado coste habría sido un factor decisivo para ser rechazadas. La Grimsley era reputada como una silla excelente, pero su construcción utiliza una cantidad significativa de cuero y accesorios de latón (aumentando su peso y el coste) y la Campbell y Jones, muy similares a la Grimsley, a pesar de sus mejoras respecto a ésta, conservan algunos de los mismos "problemas" de la Grimsley: numerosos accesorios y complicados a veces (especialmente la Campbell), que sólo conducían al riesgo de equipo inservible en campaña, y además la complejidad del diseño también aumentaba el coste de mano de obra que interviene en la producción de estas monturas
- La Hope (una de mis sillas preferidas). El examen de la silla Hope (muchas malas traducciones hablan de “silla esperanza”, pero Hope es el nombre del inventor, Adolphus Hope, quién desarrollo su diseño entre 1830 y 1850) revela que tenía la mayor parte de los requisitos previos para triunfar en el concurso. Había sido de amplio uso desde antes de la guerra con México, y era bastante popular entre los oficiales militares: su cubierta de cuero crudo le dio gran fuerza al fuste, mientras que los faldones de cuero contribuían a la longevidad y capacidad de servicio de la silla, y la  única desventaja, parece haber sido el "cuerno" de la silla (En una silla de montar militar, habría hecho el uso del método común de embalar el equipo en forma de “rollo” en el pomo muy incómodo)

¿Cuáles fueron los factores decisivos en la selección de silla y que la McClellan triunfase? Es bastante difícil decir, pero al final, se hizo evidente que la reducción de costes, además de la capacidad de servicio, fueron los factores decisivos en la adopción de la silla McClellan, con un diseño mucho más simple y más fuerte, el Modelo 1857 que fue el de prueba, se parecía a las sillas Grimsley y Campbell, pero en lugar de innovaciones técnicas, para obtener alguna ventaja, se partió de reducir el coste.  De hecho, el punto de partida de "austeridad" se refleja en toda la vida de la silla McClellan, y fue la principal razón de su longevidad. Así, a pesar de que se hicieron distintas versiones con el transcurso de los años, en todas ellas se recomienda el reemplazo de las enormes reservas de sillas de montar de la Guerra Civil y, posteriormente, de los contratos de la Primera Guerra Mundial, añadiendo a las sillas originales las mejoras.

2.- El Modelo.

La silla posteada por Vademan es del modelo 1874, que era el utilizado durante las guerras indias, y que básicamente era el mismo que el utilizado en la Guerra Civil, con algunas mejoras, como el recubrimiento del fuste con cuero negro, más confortable y duradero que el cuero crudo original, la eliminación de los faldones y otra “obra muerta” que tan solo añadía peso, y alguna modificación del sistema de cinchado, que a nuestra escala, apenas se aprecia. De hecho, como decía en los apuntes históricos, un gran número de fustes excedentes de la Guerra Civil fueron “reconvertidos” a este modelo.

Por variar un poco, y como además veo que un gran número de customs se sitúan en la Guerra de Secesión, vamos a hacer el tutorial sobre una silla modelo 1859, así que si queréis un poco de rigor histórico, no uséis ni la silla modelo 1874 en Gettysburg, por ejemplo, ni la modelo 1859 en Little Big Horn. Ahora bien, ambas son  casi idénticas, salvo por:
- El fuste de la 1859 es color “natural” y el de la 1874 negro (En realidad es el mismo, así que para una 1874, lo recubrís de cuero finito negro o si sois más vagos, la pintáis).
- la 1874 no lleva ni faldones ni defensas (menos trabajo).

Lo primero de todo es buscar un modelo de referencia. Hay que tener en cuenta que durante la guerra hubo muchos contratistas distintos que fabricaron sillas, para uno y otro ejército, por lo que existen variantes, que son mínimas y casi siempre estéticas. Personalmente, busco por Internet alguna silla que me guste, procurando eso sí, encontrar sillas de época, porque hay muchas recreaciones, que sí son muy diferentes del original, y la copio.

En este caso, me gustó este modelo, que es el que vamos a hacer:

3.- Los materiales.

Básicamente, los materiales que uso son:
- Pasta FIMO para modelar el fuste. Valdría cualquier tipo de masilla, pero me parece más “trabajable” el FIMO, incluso alguna vez hice las barras de cartón y los borrenes de alambre, pero como en este modelo el fuste va al descubierto, mejor la masilla.
- Cuero para las cinchas, aciones de los estribos (En este caso compré directamente el cordón en una tienda de curtidos, porque es del grosor justo y muy barato, sobre 80 cts. el metro, que es más o menos lo que se necesita para toda la silla, pero se pueden hacer recortando de una pieza de cuero), faldones y defensas (aquí utilicé cuero de agenda, que va muy bien para estos menesteres, eso sí procurad evitar la polipiel, porque como hay que perforar, etc. la polipiel se desgarra)
- Alambre y grapas (de las normales) para las estriberas y las sujeciones de las alforjas.
- Anillas de metal para el sistema de cinchado y las sujeciones del equipo (son de modalismo naval y tampoco son caras, alguna vez las encontré en los chinos para hacer collares, pero son de peor calidad y se suelen abrir si estiramos las cinchas al cinchar)
- Unos remaches también de modelismo naval, para hacer las guías de los latiguillos de la manta y capote, que encontré por casualidad mirando en una tienda, pero me parece que quedan muy bien (De todas formas no son imprescindibles y se puede hacer algún apaño, por ejemplo, pegar una argolla).
- Unos clavitos para unir los faldones al fuste (no tenía de modelismo y usé unos normales pequeñitos)
- Otros, cartón para los estribos, un trozo de fieltro para la cincha, etc. que ya iremos viendo y que todos tenemos, o son fácilmente sustituibles por otro material.

4.- El trabajo:

-    EL FUSTE:
El fuste es el armazón de madera de la silla y dónde se colocan el resto de las partes y, como ya dije en el apartado de historia, la silla de McClellan se basa en el fuste de las sillas española-mexicana que se usaba a principios del s. XIX, y que está formado por dos “tablas” laterales, las barras, y dos “arcos”, los borrenes, delantero y trasero, y luego todo el conjunto se recubre de cuero crudo para darle solidez, dejando una amplia ranura central, para aliviar el dorso del caballo del contacto con la silla.
Está modelada en pasta FIMO, como ya dije, y mide 4,5 cm. de largo por 3,5 cm. de ancho. He visto la silla que se hizo para el diorama de azules y grises y está bien de tamaño, quizás los borrenes deben ser un poco más altos y el delantero con formas más afiladas.
Veréis que hay unos agujeritos en los extremos de las barras (3) y en los borrenes (1 en el delantero y 3 en el trasero) y que tienen la finalidad de pasar por ellos las anillas de sujeción del equipo, que veremos más adelante.
En la foto puede que os parezca un poco guarro, pero luego lo lijaremos y pintaremos con una capa de barniz mate, para dar la apariencia de la cobertura de cuero crudo, y al final queda bien.

-    LAS ESTRIBERAS:
Son unas simples anillas a la medida de la correas del estribo o aciones, sujetas al fuste, por las que pasan éstas. Para ello, simplemente cortamos unas tiras de cuero, las pasamos por las anillas y las pegamos al fuste, por arriba y por abajo, hacia el tercio delantero del fuste. En las sillas reales las tiras van clavadas, pero a nuestra escala creo mejor pegarlas.

-    LOS FALDONES:
Una de las características del modelo 1859 – al igual que el primer modelo, el 1857 – es que llevaba unos faldones de cuero, del estilo de las sillas europeas, que en modelos posteriores se consideró superfluos y se eliminaron (La silla McClellan, como las sillas western, no lleva bastes como las sillas de tipo inglés – una especie de almohadillas de fieltro o rellenas de crin de caballo, lana, o espuma sintética en las actuales, que cubren la parte del fuste que está en contacto con el dorso del caballo – por lo que es preciso usarlas con una manta gruesa, para evitar al caballo rozaduras. La caballería US prescribió el uso de una manta (azul con unas franjas rojo anaranjado con las letras US en el centro), de 66”x80” (más o menos 1,65x2 mts.) que se doblaba varias veces, lo que hacía el grosor deseado).
El diseño de los faldones varía de uno a otro contratista y va desde un simple rectángulo a formas más redondeadas, para justarse mejor a la anatomía del caballo. Siguiendo el modelo, yo los hice de una pieza de 3,5 x 3,5 cm. redondeados en la parte final y con unos resaltes para encajar en los borrenes en la parte de arriba, pero insisto, valen simplemente cuadrados, a la medida del fuste, y dejando una abertura a la altura de la estribera, para pasar las aciones de los estribos.

La forma de unir los faldones era sencillamente clavándolos al fuste, y así lo hice. Como os decía en los materiales, no tenía a mano clavos de modelismo y usé clavos normales, pero me parecen un poco grandes y no me acaba de gustar el resultado final. También se podría pegar simplemente los faldones al fuste y simular los clavos con cabezas de alfiler cortadas. A vuestro gusto.

-    EL RIGGING (Sistema de cinchado)
Una de las razones del éxito de esta silla es el sistema de cinchado en “uve”, lo que se adapta a todo tipo de caballos y asegura la silla mejor que el sistema de cinchado de latiguillos de las sillas europeas. Tampoco es original porque es parecido a las sillas españolas- mexicanas, pero es sencillo y económico. Es la parte de la silla que más variaciones sufrió, pero a nuestra escala son insignificantes (las modificaciones se refieren casi exclusivamente  a la forma en que se une la argolla a la cincha).
Consiste simplemente en dos correas de cuero de unos 12 cm. de largo que se pasan por delante y por detrás de los borrenes y sobre las barras del fuste y se unen a sendas argollas. Como en las sillas western, la McClellan utiliza el sistema llamado “center fire rigging” que quiere decir que la argolla – y por tanto la cincha – debe quedar en la parte central de la silla (las sillas mexicanas, por ejemplo usan el sistema “full rigging” en el que la cincha queda en la parte frontal de la silla), así que la ajustáis de esa forma (una de las novedades en modelos posteriores es el “3/4 rigging” en el que la argolla se adelanta un poco, justo bajo la estribera).
El sistema se une al fuste con unos “ganchos” que a su vez se aprovechan para sujetar el equipo. Desde hace tiempo yo los hago simplemente con grapas: las ajustamos a la medida, hacemos unos agujeros en las correas, que coincidan con los agujeritos que hicimos en el fuste, pasamos las grapas por ambos, correa y fuste y doblamos por debajo, y ya está.
Además de esos “ganchos” la silla también lleva unas argollas para colgar el sable, la funda del rifle, el ramal y la piqueta, etc. Simplemente con un alambre lo pasamos por la argolla y metemos los dos extremos por el tercer agujerito del fuste y doblamos por debajo y ya está.
Llegados a este punto, yo suelo pegar por la parte de debajo de las barras del fuste una pieza de cuero, para que la silla quede más sólida y a la vez tapar las dobleces de las grapas y alambres y haga bonito.