guscano escribió: [Ver mensaje]

Guderian,

Nunca ha sido mi intención ser el único portador de la razón, ni por supuesto he querido levantar ampollas en este hilo. Para mí esta discusión ha sido inocua y no me he molestado en absoluto con ningún comentario que me han hecho.

Si por el contrario alguno de los que han intervenido se ha sentido herido o molesto  por alguno de mis comentarios, le pido mi más sincera disculpa.


Saludos,


guscano

La verdad es que la sensación que daba no era esa, sí que parecía que te molestaba que te rebatiesemos,  pero vaya por delante mi disculpa también si en algo te he podido molestar con alguno de mis comentarios.

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Me construyo amigos. Son juguetes. Mis amigos son juguetes. Los hago yo. Es un pasatiempo." - J.F. Sebastian (Blade Runner)

kekoleccion escribió: [Ver mensaje]

un supuesto..................

imaginaros que los marroquíes nos invaden y nosotros no tuviésemos potencial para pararlos, a quien pediríais ayuda??

a los cobardes militares americanos talvez??

no creo que sean cobardes, lo que creo que son demasiado volubles y se dejan manejar muy rápido con el tema del patriotismo.

Eso lo dices porque sabes que los marroquíes no llegarán nunca a tu tierra. Los habremos parado antes los Castellanos, a puro güebo.    

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Me construyo amigos. Son juguetes. Mis amigos son juguetes. Los hago yo. Es un pasatiempo." - J.F. Sebastian (Blade Runner)

guscano escribió: [Ver mensaje]

Al "supuesto achantado" no le va a sentar mal  leerlo.

Aver, a veeeer, que me he explicado de mal p'arriba...
Al referirme al "achantado" no me refería a ti, hombre... me refería a la Rusia Soviética, que en este caso tuvo un -raro- gesto de lógica humana (junto con un trozo del gobierno USA) y evitó un conflicto que hubiera sido el fin de todos.
Por eso supongo que no les haría gracia que les dijeran: "JA!!!! TE HAS ACHANTAO! JA!!", que sería un caso (de lo más común) de deformación de los hechos.

En ningún momento he pretendido insultarte para nada, te ruego me perdones si así pensabas  

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joyisa escribió: [Ver mensaje]

Eso lo dices porque sabes que los marroquíes no llegarán nunca a tu tierra. Los habremos parado antes los Castellanos, a puro güebo.    

y un cojon de pato, que la ultima vez llegaron   

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Amigos somos, amigos seremos, como cabras estamos y así seguiremos

http://kekoleccion.com

http://kekoleccioncustomshop.blogspot.com

kekoleccion escribió: [Ver mensaje]

joyisa escribió: [Ver mensaje]

Eso lo dices porque sabes que los marroquíes no llegarán nunca a tu tierra. Los habremos parado antes los Castellanos, a puro güebo.    

y un cojon de pato, que la ultima vez llegaron   

  Hasta el comeooooooor  

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Después de leer este hilo entiedo un poco mejor la fama de polémico de Pérez Reverte

joyisa escribió: [Ver mensaje]

Eso lo dices porque sabes que los marroquíes no llegarán nunca a tu tierra. Los habremos parado antes los Castellanos, a puro güebo.    

kekoleccion escribió: [Ver mensaje]

y un cojon de pato, que la ultima vez llegaron   

 Como decís algunos la última vez llegaron hasta el comedor... Además, yo no se en Vigo y/o en Madrid.... Pero yo que voy caminando cada día al trabajo por el casco antiguo de Barcelona...Diría que ya están aquí....       

Salu2

Miquel

Más de lo mismo. Para mí esclarecedor, para otros no lo se... esta vez sin soldados en primera fila pero...

"Esa otra fiel infantería

 XLSemanal - 31/1/2011


Los vi hace poco en el aeropuerto de México: ojerosos, mal afeitados, hechos polvo tras largos vuelos y tránsitos infames. Eran cuatro -uno, naturalmente, se llamaba Pepe- y hablaban de Flandes y de las Indias. O de como se diga ahora. Holanda, decían. México y Venezuela. Sitios así. Hablaban de saqueos, botines y aventuras. O sea, de buscarse la vida donde ésta late. De negocios. Estaban allí con sus arrugados coletos de cuero transformados en trajes de chaqueta y corbata; con sus armas, que eran ordenadores y agendas, y con esa mirada absorta, fatigada, que les queda a los que vienen de asaltar las murallas de Breda o pelear en las calzadas de Tenochtitlán. Observándolos mientras consultaban las salidas de los vuelos, concluí que tampoco, si uno se fija bien y leyó los libros adecuados, hay tanta diferencia: Barajas en vez de Cádiz, Lisboa o la boca del Guadalquivir, en galeones, o Italia y el Camino Español por los Alpes y Suiza, rumbo al norte de Europa. La fiel infantería del rey católico: la misma gente que hace cuatro siglos, harta de monarcas imbéciles, curas parásitos y funcionarios sanguijuelas, decidió que era mejor intentarlo allá afuera y reventar en ello, que languidecer en una tierra yerma, ingrata, dejada de la mano de Dios.
 
Alguien escribió que en otro tiempo, cuando España se dilataba en el mundo, los españoles se echaron afuera a pelear y buscarse la vida, desde nobles hasta labriegos. Y fue cierto. Unos lo hicieron por hambre de gloria y dinero; otros, los más, por hambre de verdad. Desde las Indias a Filipinas, del norte de África a Europa entera, contra toda clase de naciones bárbaras o civilizadas, pelearon hidalgos y campesinos, bachilleres y pastores, caballeros y pícaros, amos y criados, soldados y poetas. Pelearon Cervantes, Garcilaso, Lope de Vega, Calderón, Ercilla y muchos más. En todas las tierras y climas, bajo nieve, sol, lluvia o viento, desharrapadas huestes de españoles pequeños y recios, fanfarrones, crueles, hechos a la miseria, el sufrir y las fatigas, con todo por ganar y nada que perder salvo la vida, renegando a cada paso en todas las lenguas de España, acuchillándose entre sí en los ratos libres que no empleaban en degollar a terceros, caminaron tras las rotas banderas en busca de pan que llevarse a la boca. Así llenaron los espacios en blanco de los mapas, las tierras incógnitas. Y sin pretenderlo, de rebote, los que regresaron vivos trajeron Méxicos y Perús, riquezas hasta para quienes nunca arriesgaron nada. E historias fascinantes que escuchar.
 
Pensaba en eso viendo a los cuatro soldados de los modernos tercios que aguardaban en el aeropuerto. La misma hambre, me dije. El mismo dilema. Quedarse en esta tierra estéril y enferma es languidecer. Recordé haberlos visto toda mi vida en cien rincones perdidos del mundo, alojados en hoteles de veinte dólares donde nunca para un hombre de negocios acomodado. Planchándose ellos cada mañana su único traje, como otros se revestían el arnés y el acero, antes de echarse a la calle a pelear de nuevo. A arrancarle el botín a la vida donde ésta se deja. Lo mejor de nuestra fiel infantería: empresarios y comerciales españoles que no gastan más de lo preciso en dormir y comer, sobrios y tenaces; pero que cada mañana, a la hora del combate, riñen con esos otros a quienes todo sobra, tumbando a base de iniciativa e imaginación a competidores de grandes compañías gringas que han hecho masters en Harvard y escriben sin faltas de ortografía; y que sin embargo se ven, sin comprenderlo, acuchillados por esos tipos duros, hambrientos y mal afeitados que no tienen Visa Oro pero saben arreglárselas para hacer lo imposible, por pura necesidad y desesperación. Porque hablan la lengua, o se la inventan. Porque lo de buscarse la vida, asaltar murallas para cobrarse pagas atrasadas o pelear en una trinchera, hambrientos y con el barro hasta los huevos, lo llevan en la sangre. Pensé en todo eso, como digo, mirando a esos tipos en la sala de espera del aeropuerto. Nunca imaginaréis, concluí, con cuántas cosas me reconciliáis de nuestra perra España. Calculé sus noches solitarias velando armas, mirando ventanas de cielos extranjeros. La soledad y la dureza del combate librado a tus solas fuerzas, sabiendo que el único día fácil es el que dejaste atrás. Hombres y mujeres valientes, soldados metidos muy adentro en territorio enemigo, que llevan al hombro, a su manera conmovedora, la vieja aspa de San Andrés: los colores de sus modestas empresas -«I am from Murcia», oí decir a uno en El Cairo, hace treinta años, al policía que le pidió la cartilla de vacunación que no llevaba-. Batiéndose a ciegas por la negra honra y por desesperación. Por hambre. Mal pagados e ignorados en su tierra, como siempre. De nuevo, también como siempre, la misma historia. No sabemos vivir de otra manera."

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Me construyo amigos. Son juguetes. Mis amigos son juguetes. Los hago yo. Es un pasatiempo." - J.F. Sebastian (Blade Runner)

OPINIÓN
http://www.republica.com/2012/03/04...decuado_459811/

La Infantería de Marina en el lugar adecuado

Juan Chicharro

Y en el momento oportuno. Apenas hace unos días se ha conmemorado el 475 Aniversario de la creación del Cuerpo de Infantería de Marina, hecho que ha tenido eco profuso en los medios de ámbito nacional, y aún más en los locales allá donde hay unidades de ese Cuerpo: Ferrol, Cartagena, San Fernando y Canarias .

La presencia de SAR el Príncipe de Asturias en el Acto principal que se celebró en Cartagena el pasado día 28 de febrero ha dado, si cabe, aún más, mayor relevancia a esta conmemoración.

475 años de existencia de un Cuerpo cuya existencia ha estado jalonada siempre por su entrega al servicio de la Patria, allá donde ha sido siempre menester, tanto a bordo de los buques de la Armada como en tierra .

Decía esta mañana un conocido locutor radiofónico, al comentar los sucesos que están teniendo lugar estos días, que estamos en momentos de emergencia nacional y que es necesario ante todo anteponer España sobre todas las cosas. Al oír esta frase no podía por menos pensar en esos soldados que con fusil en la mano y soportando la intemperie se encuentran precisamente en esa circunstancia allá donde se les requiere, sea en Afganistán, Líbano o aguas somalíes. Y entre todos ellos siempre un infante de marina. Ellos sí que saben lo que es anteponer España a todo lo demás.

En el lugar adecuado y en el momento oportuno han aparecido infantes de marina a quienes se les ha recompensado recientemente con cruces rojas al valor reconocido por sus acciones en combate en Afganistán y aguas del Indico; pero como muy bien expresó el Teniente Vingut Harrington en un corto pero emotivo artículo aparecido en el diario La Razón el otro día, y, que titulaba “Qué es un soldado”, son muchos los que son merecedores de esa distinción y que quedan en el anonimato. Hoy cuando el recurso al concepto del patriotismo está en boca de muchos de nuestros dirigentes siempre es reconfortante saber que ese patriotismo es el norte de nuestros soldados y marinos allá donde se encuentren y entre éstos ¡cómo no! los infantes de marina.

El “Real y Glorioso” Cuerpo de Infantería de Marina cumple esta semana 475 años de historia ininterrumpida al servicio de su Rey y de su Patria. Su hoja de servicios es un recorrido por la historia de nuestras armas y su presencia a lo largo de todos los escenarios donde ha sido menester el empleo de la fuerza militar ha sido constante: la América hispana, la lejanas Cochinchina y Filipinas, los escenarios africanos, las guerras en la península y siempre en la mar a bordo de nuestros buques de la Armada de la que forman parte indisoluble dan fe de ello.

Hoy en los albores del siglo XXI los infantes de marina siguen siendo los mismos de siempre. Al ver el otro día como SAR el Príncipe de Asturias imponía la Cruz del Mérito Naval con distintivo rojo a un Capitán del Cuerpo por su valerosa acción de rescate de una ciudadana francesa en aguas somalíes, no podía por menos que recordar a tantos otros que dieron su vida por aquello que se les enseñó en las filas de la franja roja y de la sardineta.

En el año 2007 asistía el que suscribe a un almuerzo en Washington con motivo de un Acto Institucional del “US Marine Corps” y no sin sorpresa observó como protocolariamente se le colocaba en la mesa presidencial de dicho almuerzo. Una mesa donde entre los comensales se encontraban personas de mucho mayor rango que el que suscribe: entre otros Kissinger, Senadores y Congresistas, altos mandos de las FAS americanas amén del mismo Comandante General del “US Marine Corps “. Conocedor de mi asombro ante esta circunstancia fue el mismísimo Kissinger quien en sus palabras y ante el numeroso auditorio justificó mi presencia en dicha mesa por ser el representante de la Infantería de Marina más antigua del mundo. ¡Qué gran honor para España!

La Infantería de Marina española sigue hoy en la brecha más que nunca y mantiene un alto nivel operativo en la vanguardia de nuestras fuerzas armadas. Su respeto y amor a sus tradiciones seculares la convierten no sólo en un orgullo nacional sino también en una herramienta temible en la defensa de los valores que han hecho grande a nuestra Patria a lo largo de los siglos.

Numerosas personalidades de la vida pública española que han ocupado y aún ocupan puestos de alta responsabilidad, rondando hoy la madurez, sirvieron en este Cuerpo como Oficiales, Suboficiales y soldados.

Ellos saben bien de lo que hablo.

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En primera persona

LA RAZÓN              26 Febrero 12

Qué es un soldado por Teniente Lorenzo Vingut
 
Nuestra formación va siempre enfocada a unos valores honorables, hasta que desplegué en Afganistán no pude constatar de modo objetivo lo que significaban aquellos valores. Tuve la suerte de mandar soldados capaces de ocultarme una enfermedad por el hecho de que no los dejase en la base durante la siguiente misión. Me decían que no serían capaces de perdonarse el hecho de no estar presentes en un enfrentamiento con la insurgencia y que alguno de nosotros cayese o fuese herido. Tuve la suerte de mandar soldados capaces de sortear impactos por el simple hecho de cumplir con su cometido. Incluso alguno que, aun estando herido, fue capaz de coger su fusil para combatir a nuestro lado. Tuve la suerte de mandar soldados que en situaciones complicadas, llegando incluso a sentirse acorralados, eran capaces de esbozar una sonrisa de ánimo o comentario jocoso para «alegrar» dichas situaciones. Tuve la suerte de mandar soldados capaces de mirar con desprecio al peligro poniendo en riesgo incluso hasta su propia vida, por cumplir sus cometidos y no abandonar un compañero. Honor, Valor, Lealtad, Compañerismo… Estos soldados tienen nombre y apellido, son personas normales y corrientes que encontraron respuesta en aquellos honorables valores, haciéndoles merecedores de mi más absoluta admiración. Estos soldados son Infantes de Marina.

 

Teniente Lorenzo Vingut
Cruz al mérito naval con distintivo rojo

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