Ya es lo último, de verdad, pero es que fue de lo más gracioso que me pasó a caballo. Fue haciendo el Camino de Santiago - tengo de ese viaje mil anécdotas - que como os conté, el tiempo fue malísimo y además de llover a mares, se nos mojó todo el equipaje, porque el mulo se nos cayó en un zanjón lleno de agua.
En esa tesitura, paramos en un pueblecito y entramos en uno de esos bares-tienda, tan típicos de Asturias y Galicia (no sé si en otros sitios de España lo habrá) en los que tienes de todo, desde detergente a aperos de labranza, pasando por ropa de cama y comida, para reponer sobre todo el pienso para los caballos, que se había estropeado todo, comer y beber algo, y comprar alguna cosilla que nos hiciera falta (Cuando planeamos el viaje, decidimos hacerlo como "los de verdad", prescindir de coches de apoyo, y llevar solo lo imprescindible para nosotros - una muda de ropa para cuando llegásemos a Santiago estar presentables, el saco de dormir y poco más -, el pienso de los caballos, el equipo de herraje y repuestos para los arreos).
Como estábamos muy mojados, cada quién se compró una camiseta, ropa interior, etc. estábamos charlando con el señor sobre que bonitos los caballos, etc. y uno de nosotros, vio unas botas, tipo chiruca, que estaban expuestas, y como las suyas estaban empapadas se las pidió al señor de la tienda, quién amablemente se las bajo del estante y le dijo que se las probase a ver como le estaban. Mi amigo le pregunto si tenía caja de herramientas, y el señor le dice, muy extrañado, que sí, y mi amigo le dice ¿me las presta?. El tío ya mosca, va a la trastienda y trae un cajón con herramientas. Mi amigo, que a esto ya se había descalzado, elige un martillo, un destornillador grande y una llave inglesa, se pone una de las chirucas y empieza a darse martillazos en la pierna y el pie, y a trastear con la llave inglesa y el señor de la tienda con los ojos como platos y mi amigo diciendo "esto no va" y de repente se quita la pierna y la pone encima del mostrador, pues como ya habréis adivinado, lleva una pierna ortopédica y el ángulo con el pie debe ajustarse al tacón que lleva el calzado.
Nosotros nos descojonamos de risa, pero al señor de la tienda casi le da un pasmo
En el apartado caídas, os cuento la última hace unos seis meses, más o menos. Un amigo mío compró un caballo de salto muy bueno para sus hijas. Este caballo tiene un palmarés envidiable y procedía de Inglaterra, dónde había estado saltando muy grande con una chica que pertenece a una familia de jinetes olímpicos muy famosos, los Whitaker, y lo compró un jinete español, pero se lesionó y no pudieron recuperarlo para la gran competición, y llevaba tiempo en un prado y mi amigo se hizo con él en muy buenas condiciones.
Me pidió si podía montarlo yo una temporada, antes de que montasen sus hijas, para que estuviera cansado cuando se subiesen ellas y fuese más manejable, pues al haber estado mucho tiempo sin trabajar estaba muy fuerte, y por supuesto le dije que si.
Antes que yo lo había montado una chica que conozco y es buena amazona y me dijo que el caballo estaba bien y que era muy tranquilo, y ahí me veis a mi en plan jinete experto, dando recomendaciones a las niñas antes de subir "esto lo hacéis así, esto asao", etc.
El caballo, como buen caballo de salto era muy grande, casi 1,80 a la cruz, y yo he perdido el "tipin" hace mucho, así que decidí usar un "montadero" (una especie de taburete) para subir al caballo - eso ya me dolió, porque si bien es cierto que antaño, a la puerta de todos las cuadras solía haber un poyete de piedra que se usaba para subir más fácilmente a las caballerías, a los jinetes de ruta no nos gusta usarlo, mi amigo Fernando decía que "el que usa escalera para subir no tenían que dejarlo montar", pero no había otra - y ya veo que el caballo se empieza a poner nervioso en cuanto se le acerca el montadero y a moverse, meto el pie en el estribo y cuando estoy pasando la pierna por encima para calzar el otro estribo, el hijoputa empieza a botarse, la ación del estribo que tenía calzado no soporta mis más de 100 kilos de peso, se rompe y yo me voy por los aires, como no quiero que el caballo se escape, no suelto las riendas y el bicho me arrastra unos cientos de metros por toda la pista, pero consigo que se pare. Herido en mi dignidad, ya viene las excusas, "es que la ación del estribo estaba podre", "es que el caballo se ve que no está acostumbrado a que lo monten así" etc. ... todo menos que ya soy un gordo viejuno
y oxidado.
Cambiamos la ación del estribo, y con todas las precauciones de mundo, vuelvo a montar, el caballo se bota, pero esta vez entre que ya estoy prevenido y el estribo aguanta, me monto y trabajo al caballo. Me cagué en la madre que parió a la chica que dijo que el caballo era tranquilo, porque el muy cabronazo se botaba a cambio de mano, se resistía a las transiciones, bajaba la cabeza todo lo que podía, etc. No es por nada, pero una vez montado, ya es difícil que un caballo me tire, así que hice al caballo sudar lo que no está en los escritos y con el agotamiento ya se centró.
A todo esto, con el número que se montó, ya tenía más espectadores que un concierto único de los Rolling Stones, incluidos el veterinario que iba a hacer la inspección al caballo, el profesor de mi hija - y amigo mío - y todos los chavales de la escuela del club (cachondeándose por supuesto).
A los expertos les parecía que el caballo cojeaba y yo opinaba que lo que pasaba es que era un cabrón y no apoyaba el pie dónde tenía la lesión, pero por artimaña y no dolor. En resumidas cuentas que quedamos para volver a montarlo al día siguiente para ver como iba.
Dicho y hecho, cuando llegue al picadero ya lo estaba montando una de las niñas, al pasito y me decía que iba bien. Se bajó, me dispuse a montar, con todas las precauciones y ... el mismo número del día anterior, pero se pegó un bote tan grande a cuatro patas, en plan rodeo que me lanzó a varios metros, me fisuré una costilla, casi me disloco el hombro y estuve dos meses con unos dolores del copón en el cuerpo y ya no os digo nada en la dignidad
Sirva en mi descargo que el cacho cabrón no pasó la inspección veterinaria - cuando lo trajeron estaba infiltrado con dosis que deberían durar tres meses y se dolía igual - y tiró a las niñas en varias ocasiones, por lo que se deshicieron de él. El bicho ahora "trabaja" haciendo rutas y los que lo tienen dicen que por el campo es una maravilla, se ve que lo que tenía era manía al "oficio" de saltador.
Se compraron otro caballo, me pidieron el mismo favor y lo monté sin problemas, pero de todos modos, estoy gordo y fuera de forma para montar a ese nivel sí o sí