Fue un paseo muy majo, pero no nos acompañó ni el tiempo -estuvo todo el rato lloviznando -, ni la compañía, ya que nos metieron en un grupo con "novatillos" y no hicimos ninguna galopada grande ... pero menos da una piedra.
Me llevé dos impresiones: recordar lo bonito de cabalgar por la naturaleza - que se le olvida a uno de tanto picadero - y ¡que tengo que adelgazar muchos kilos!
No veáis como se descojonó mi hija cuando pedí la banqueta para subir al caballo 
Como siempre unas fotillas:
Espero que os gusten. Un saludo
zaragoza
, y salvo el que llevaba, que era un tres sangres, con mucho de PSI y bastante grande, el resto de los caballos si que guardaría la escala de los Breyer, sobre si te fijas en el caballo tordo que lleva un chico de chaqueta azul (él y yo somos los únicos sin casco), que era PRÁ, verás lo pequeño que es, y sin embargo corre como un diablo.
En el Infinito y mas alla
